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Atocha intenta recuperar la normalidad en medio del caos: “En la pantalla están aún hay trenes que no sabemos si salieron o no”

A pesar de que se van reanudando los trenes de alta velocidad, son tantos los pasajeros que se aglomeran para intentar llegar a sus destinos que en la estación se respira incertidumbre y malestar

Día después del gran apagón. Ambiente en Atocha tras la vuelta de los trenes de alta velocidad.Foto: Moeh Atitar | Vídeo: EPV
Daniela Gutiérrez

Ana y Mauricio llegaron esta mañana al aeropuerto de Madrid desde Montevideo: “Allá todo estaba normal”. Ahora esperan en Atocha el tren que los debería llevar a Barcelona, el lugar donde viven. A pesar de que los trenes de alta velocidad van recuperando el servicio, los pasillos de la estación están colapsados de personas sumidas en la incertidumbre. “Nuestro tren es el de Iryo que sale a las 11.22, pero aún no hay información del andén por el que debería salir”, cuenta Ana. A las 10.45, en la pantalla que marca las próximas salidas aún estaban señalados los trenes que salían a las 9.30, lo mismo fueran a Huelva que a Málaga que a Sevilla. “El problema es que no sabemos siquiera si esos trenes ya salieron porque siguen apareciendo en la pantalla y, como todos los demás, no tienen ni el andén por el que salieron o saldrán”, agrega. “Esperamos tener suerte y que nos podamos ir, pero no estamos seguros”, asegura Mauricio. A las tres de la tarde, Atocha se mantiene tan congestionada como por la mañana, solo que ahora de viajeros con trenes programados para este martes.

El desconcierto es total. La Policía y los trabajadores de la estación intentan organizar e informar a los viajeros a través de un megáfono. “Pasajeros con destino a Barcelona que hayan tenido billetes entre ayer y hoy al mediodía, pasar por control de equipajes”, anuncia una trabajadora en medio de la multitud desesperada que le hace preguntas mientras habla. Decenas de personas comienzan a acercarse a las máquinas de rayos X y la policía debe filtrar a los viajeros, porque en el desespero llegan muchos que ni siquiera van a ese destino. Del otro lado del control, cientos de personas esperan sentadas en el suelo o encima de sus maletas, pero muchos de los trenes siguen sin tener andén asignado. Sobre las 10.50 comienzan a aparecer en pantalla los andenes de trenes de entre las 9.30 y las 10.00.

Varias personas esperan un AVE en la estación de Atocha-Almudena Grandes, este martes.

La gente va abriéndose paso entre el tumulto como puede. Los mismos viajeros que esperan van informándole a los que llegan. “Vaya hacia adelante y pida permiso que ahora mismo han llamado a los de Barcelona”, dice un hombre a otro que viene con su familia, entre ellos, dos niños y varias maletas. Pasar entre la multitud se hace difícil porque apenas se puede pasar. Otro hombre habla por teléfono: “Es que no hay nadie a quien preguntar. No sé qué hacer, no sé a quién ir. Estoy en la planta uno, pero no sé si es donde debo estar”. Cuelga el teléfono y escucha al trabajador que repite por el altavoz que pasen solo los viajeros que tengan pasaje a Barcelona hasta las 11.22.

Si los pasajeros que van a Barcelona están desconcertados porque los llaman a todos en conjunto, los que van a otros destinos ni siquiera han recibido información de sus trenes. Carlota, una joven sevillana, tenía billete para un AVE a las 19.00. “Por suerte tengo conocidos aquí en Madrid y me dejaron quedarme a pasar la noche en su casa”, cuenta. Sin embargo, ha llegado desde temprano a Atocha con la esperanza de que la pusieran en un tren de la mañana, pero se acerca el mediodía y aún no le han dicho nada a los viajeros con destino Sevilla. “Van llamando por lugar de destino y compañía, pero hasta ahora solo han llamado a los de Barcelona”, explica la joven.

“Ha salido uno de Sevilla, pero por la mañana, a las 8.30”, le dice un pasajero a otro que llega preguntando por ese destino. El boca a boca es la única fuente de información a la que pueden acceder, porque la cantidad de personas agrupadas hace casi imposible llegar hasta la parte delantera para preguntar personalmente a uno de los trabajadores. Sin embargo, para los viajeros extranjeros que no hablan español es aún más complicado. “No sabemos nada”, responden en inglés dos turistas ses, también con destino Sevilla.

Personal de Adif da indicaciones a una usuaria de larga distancia en la estación de Atocha de Madrid.

Por el altavoz vuelven a llamar. Ahora es a los pasajeros con destino a Sevilla desde este lunes a las 21.00 hasta este martes. “¿Hasta las diez de la mañana han dicho?”, pregunta un viajero, que no ha escuchado entre el ruido de las personas hablando por teléfono y la maquinaria que suena de fondo debido a las reformas que se siguen haciendo en Atocha. Los turistas ses se acercan al control de equipajes porque alguien les toca el hombro y les señala que deben ir hacia allá. Unos minutos después, vuelven a llamar a los pasajeros, pero en este caso, con destino a Barcelona. “¿Qué ha dicho?”, vuelve a preguntar el mismo viajero de antes.

Algunos pasajeros hacen fila en la planta baja de la estación, frente a la oficina de la compañia Iryo. “Hace dos horas que estamos aquí”, dice Neus, una joven barcelonesa que viaja junto a Gabriel, su pareja. Tenían boletos para ayer lunes a las seis de la tarde con destino a Barcelona y esta mañana han venido sin saber si lograrían llegar allá hoy mismo. “Con la poca cobertura que teníamos ayer pudimos llamar a la chica del piso donde nos quedábamos y por suerte tenía espacio en otro piso”, cuenta Neus, que ha terminado sus vacaciones en Madrid de una manera que no se imaginaba. A pesar de que en el piso superior están llamando a los pasajeros con destino Barcelona entre ayer y hoy al mediodía, lo que los incluye, la pareja prefiere que sea directamente la compañía quien les dé una solución.

En la cola, frente a esa misma oficina, también espera Álvaro, que debía viajar ayer a Sevilla a la 13.55, minutos después de que iniciara el apagón masivo. “Se está diciendo que los trenes que van a Sevilla nos podrían dejar tirados en Córdoba”, comenta sin tener mucha seguridad. A la pregunta de si aceptaría un tren con ese destino para, al menos, estar más cerca de su ciudad, dice que no está “muy seguro”, que tendría que pensárselo.

Fuera de la oficina hay tres trabajadoras de Iryo que va respondiendo a las preguntas de los que llegan. “Os van a ir llamando arriba. Vayan para allá”, pide una de ellas a unos viajeros que se le acercan. “No estamos seguros de que vayan a salir todos los trenes. Tenemos una opción A, que es el reembolso, y una B, que es un viaje hasta Córdoba”, confirma Angie, otra trabajadora. Aunque Iryo viaja hasta Sevilla normalmente, debido al caos están llegando solo a Córdoba. La empresa reubica al que quiera cambiarse a este destino, pero no sufraga los gastos del viaje de Córdoba a otros destinos. “El que se quiera ir directamente a Sevilla tendrá que esperar a mañana, o pasado, en tren, en taxi, en autobús, según la disponibilidad que tengamos”, agrega Angie.

Viajeros esperan en la estación de ferrocarril de Atocha de Madrid.

En medio del ajetreo de la estación, otros pasajeros prefieren sentarse a tomarse un café y comer un bocadillo. “Nosotros estamos relajados. Por ahora no tenemos problemas, ya veremos cuando nos toque salir”, dice Ricardo, un señor que llegó desde Pamplona esta mañana acompañado por Silvia y Almudena, y su destino final es Granada. “Llegamos de Pamplona con una hora y media de retraso porque el tren venía parando a cada rato, pero ya estamos aquí”, cuenta Silvia, que se toma un café en el bar para pasar el tiempo. “No hay prisa, lo tenemos todo preparado para el viaje”, señala Ricardo, cuyo tren a Granada debe salir a la 13.55, dentro de dos horas, si todo va bien.

Despejados los del lunes pero atrasados los de hoy

A las tres de la tarde, Atocha se mantiene tan congestionada como por la mañana. A esta hora lo que cambia es que los pasajeros que llegan todo el día esperando ya se sientan en el suelo, en las escaleras, se acuestan sobre las maletas y algunos comen un bocadillo de la máquina expendedora o un poke. A estas horas van quedando menos viajeros que tenían boletos para el lunes en comparación con la mañana, cuando los trenes comenzaron a despachar a pasajeros de entre el lunes y el martes al mediodía. Aún así, quedan algunos de ellos sin una solución. Isabel vino a visitar a su hija a Madrid y debía regresar este lunes a Granada, desde donde cogería el coche hasta Almería. “Mañana miércoles trabajo, no sé si me van a despedir o si me lo perdonarán”, dice con preocupación evidente. Su tren salía el lunes sobre las dos de la tarde, así que supuso que la reubicarían en uno a la misma hora de este martes. “He llegado a las dos de la tarde porque creía que a esa hora saldría mi tren, fue lo que supuse con lo que veía en la prensa, pero llevo hora y media dando vueltas y haciendo filas y en ningún lugar me dicen qué puedo hacer”, comenta.

Prácticamente ninguno de los trenes programados para este martes han podido salir en hora debido a los retrasos de los del lunes. Carolina espera con sus dos hijos pequeños a que le avisen a qué hora finalmente saldrá su tren hoy, porque estaba programado para las dos de la tarde pero desde antes de llegar a Atocha la compañía, Iryo, ya les comunicaba que tendrían un retraso de al menos una hora. Por ahora, que no ha pasado tanto tiempo en la estación, su dos hijos pequeños se entretienen jugando sobre las maletas que están en el suelo. “Ha pasado media hora más de la demora que nos dijeron y aquí estamos. Hemos preguntado y no sabemos nada porque al parecer están saliendo todos los trenes de Renfe pero no todos los de las otras compañías”.

Esta mañana el presidente de Renfe, Álvaro Fernández, presumía que el servicio de esta compañía brillaba más que el del resto. En Atocha, ver en las pantallas que el tren tiene al menos un andén asignado se considera una victoria. La mayoría de las próximas salidas confirmadas pertenecen a trenes de Ave o Avlo, ambas marcas de Renfe. De 16 salidas previstas entre las 11..55 y las 15.27, solo seis ya tienen un andén asignado, y cinco de esos trenes son precisamente de Renfe. Francisco, que debería haber salido a las cuatro de la tarde para Málaga con Iryo (demora anticipada por la compañía incluida), cree que podrá salir en hora. “Viene un trabajador y llama por el megáfono a los pasajeros a los que les toca. Yo creo que lo están haciendo bien así, porque imagina que dejaran entrar al salón a todos los que estamos aquí fuera”, aclara. Las oficinas de esta compañía siguen saturadas de pasajeros tanto de este lunes como del martes que esperan recibir una respuesta.

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