
Una corriente de aire
No sabe uno qué hay detrás de los libros. Muchas veces no sabemos ni lo que tienen dentro
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Ir al contenidoEscritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.
No sabe uno qué hay detrás de los libros. Muchas veces no sabemos ni lo que tienen dentro
¿Quién es ese que se da cuenta de que la altura de la silla del ordenador está mal regulada? ¿Soy yo o es otro que me suplanta o al que quizá suplanto?
Uno está donde están sus zapatos. Otra cosa es que sus zapatos le parezcan los de otros
No me había preguntado por el precio de una bala hasta lo del contrato de Marlaska
Se puede recorrer andando por completo,11 kilómetros de la Puerta del Sol al Nudo Eisenhower, donde se desvanece sutilmente. Viajamos de la ciudad monumental a la trabajadora, dominada por el tráfico, el comercio y las bocas de metro convertidas en hormigueros de personas
A ningún Ayuntamiento se le ha ocurrido que los sin techo necesitan morir, a veces con urgencia
El mundo se te entrega cuando renuncias a él. La vida se te ofrece cuando no te interesa
No hay nada que no sea rompible en este mundo; la historia de la humanidad es la historia de un roto
Una vez escribí una necrológica que resucitó al difunto
Soy el final del mundo, tal vez el final del fin del mundo. Digámoslo rápido: soy el final de la Realidad
La fascinación que me produce esta fotografía no queda muy lejos del horror porque el horror es fascinante o porque la fascinación, en general, es horrorosa
Mis rutinas contribuyen al mantenimiento del orden de este mundo para que no se acabe
“Ir de frente” está sobrevalorado. Llevamos siglos yendo de frente con resultados catastróficos. Tendríamos que vivir una temporada de espaldas los unos a los otros
Para irse no hace falta abrir la puerta. Se queda uno quieto, con la mirada perdida en cualquier sitio, y desaparece
En los días de lluvia pienso en los féretros con goteras y en la paciencia de los muertos, tan aseados, a lo mejor con el traje con el que se casaron o con el que se divorciaron, y con los zapatos relucientes como el charol
Nada hay más cruel que el silencio de los progenitores cuando desaparecen. Papá, mamá, decidme algo, que no hay día que no piense en vosotros debajo de la ducha
La belleza del felino, aun muerto, sigue siendo muy superior a la de su asesino. El animal, digámoslo rápido, es la hostia, mientras que el hombre da un poco de lástima
Hace falta una empresa que te envíe a domicilio a alguien que se dedique a darte la razón
Supongo que no tardaremos mucho en conducir mirando solo la pantalla
Estamos hasta la coronilla de la autoafirmación, de la autoayuda, del autonetanyahu y del autotrump
Lo que nos conmueve de algunos perros es lo que comparten con nosotros: la ansiedad, el desamparo, aunque también los momentos de euforia loca
Perdemos los días y las noches rellenando las columnas del Debe y del Haber de la existencia, obsesionados con hacerlas cuadrar
Al hacer multimillonario a este individuo y presidente del llamado mundo libre a Donald Trump hemos permitido que se nos nieguen siglos de humanismo
El mundo se acaba con la infancia. Lo que viene después es una suerte de posmundo que tampoco está mal
Llega enero de 2025 y la vivienda es un criadero de votos, una mina. No lo era ayer ni antes de ayer ni hace cuatro años
Todos íbamos dentro de un vehículo menos ella, que iba dentro de un libro
Los que tienen la Constitución en la boca todo el tiempo son los menos interesados en que se cumpla.