La vista de apelación del asesinato de Samuel Luiz se celebra sin luz y a viva voz
La defensa del asesino intenta rebatir la homofobia: “Decir que lo merecía por maricón es deleznable, pero no fue la causa”


El masivo corte de suministro eléctrico saltó en plena intervención del fiscal jefe de Galicia. Fernando Suanzes defendía los fundamentos jurídicos de la sentencia por el crimen de Samuel Luiz frente a los cuatro condenados a penas de entre 24 y 10 años de cárcel, cuando se cortó la megafonía y la retransmisión por vídeo a la sala de prensa. En medio de la confusión y sin conocer la magnitud del suceso, el tribunal decidió continuar. Los periodistas fueron llevados a la sala de vistas, se cerró la puerta y, mientras el caos reinaba en el exterior, las partes siguieron exponiendo sus argumentos a viva voz. Sin apenas cobertura, los chispazos de información iban entrando en los móviles de los periodistas y los susurros corrían entre el público. Magistrados, abogados y acusados siguieron adelante, ajenos al gran apagón hasta que, pasadas las dos de la tarde, se cerró la vista con dos de los condenados proclamando su inocencia y empezaron a ser conscientes de lo ocurrido.
Los cuatro condenados por el crimen de Samuel Luiz en 2021 han vuelto a comparecer ante la justicia para escuchar a sus abogados defender los recursos presentados contra la sentencia que en enero pasado les impuso entre 24 y 10 años entre rejas. El letrado de Diego Montaña, el acusado que inició la paliza y sobre el que pesa la máxima pena por asesinato con agravante de homofobia, ha negado alevosía y que el odio a los gays motivase su ataque a Luiz. El joven murió sobre una acera del paseo marítimo de A Coruña tras ser golpeado por una jauría humana a la salida de un local de copas y ante decenas de testigos. Montaña fue el primero que se lanzó a por él al grito de “a ver si te voy a matar, maricón” y después, se jactó ante su pandilla, de que “se lo merecía por maricón”. Esas palabras “son deleznables socialmente y prueban su animadversión al colectivo homosexual”, ha itido su abogado, “pero [esa animadversión] no es la causa de la agresión”.
El letrado de Montaña, Luis Manuel Salgado, ha insistido en intentar desmontar la agravante de discriminación por orientación sexual que convierte en histórica esta sentencia, según las asociaciones de defensa de las personas LGTBI. Salgado aduce que todos los testigos encuadran la motivación del ataque mortal que inició su defendido al malentendido por una videollamada, ya que el condenado creyó que Luiz lo estaba grabando cuando en realidad estaba hablando con una amiga. “Fue agresivo previamente a percibir la condición sexual de Samuel”, sostiene. Considera que la frase “se lo merecía por maricón” que pronunció su cliente unas horas después del crimen ante sus amigos fue “una justificación” pero “no una motivación”.
La Fiscalía sí cree que los desprecios verbales que lanzó Montaña durante y después de la agresión mortal, a los que suma “era un puto maricón”, “determinan claramente cuál era el motivo” del ataque. También la acusación popular, que en boca de su abogado ha esgrimido que a Montaña no le molestó que lo estuviera grabando, sino “que lo hiciera alguien que era maricón”: “De la cantidad de insultos posibles, solo utilizó ese”.
La vista de apelación se ha celebrado este lunes en la sede en A Coruña del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia. Tanto el abogado de Montaña como la defensa de Alejandro Freire, alias Yumba, condenado a 20 años también por asesinato, coinciden en no considerar probada la alevosía porque, a su juicio, ni la paliza fue “sorpresiva” —“se profieren expresiones amenazantes y hubo acercamiento físico”—, ni se eliminaron las posibilidades de defensa de Luiz. Mientras el abogado de Montaña argumenta que la víctima pudo levantarse e “intentó huir” tras el primer golpe, el de Yumba, David Freire, incide en que fue agredido en plena vía pública y ante multitud de testigos. “Que no haya sido efectiva la ayuda de los senegaleses no quiere decir que no existiera”, afirma Salgado.
Freire pide la absolución de su cliente porque solo ite como probado el mataleón que le hizo al principio —“es un agarre que apenas dura unos segundos”— y asegura que ninguno de los presentes declaró haberle visto golpear después a Luiz y que esto tampoco se aprecia en las grabaciones de las cámaras callejeras.
El tercer condenado por asesinato es Kaio Amaral, a quien se le impuso una pena de 20 años y medio de cárcel porque, a los 17 años por el primer delito, se le sumó el robo con violencia del teléfono móvil de la víctima. Su abogado, José Ramón Sierra, ha pedido la absolución por el primero de los cargos y la rebaja del segundo a apropiación indebida. Niega que se pueda considerar probado que le dio una patada a Luiz. Asegura que el propio jurado ite que no puede verla en las grabaciones “con rotundidad”, porque una farola impide apreciar dónde impacta su pierna. La Fiscalía sí considera bien fundamentada la existencia de la patada de Amaral. Suanzes explica que el jurado dictamina que el movimiento que se ve en las grabaciones “tuvo que impactar necesariamente en Samuel porque era el punto donde se encontraba”.
Manuel Ferreiro, abogado de Alejandro Míguez, el único sentenciado como cómplice del asesinato, sostiene que ha sido condenado solo por estar allí, ya que no se acreditado que le diera a Luiz ningún golpe: “Uno responde de lo que hace uno, no los demás. Se necesita la presencia en el lugar y también la acción”. También pide su absolución.
El fiscal jefe de Galicia, Fernando Suanzes, al igual que la acusación particular, ha solicitado la desestimación de los recursos y la confirmación íntegra de la sentencia. Ha alabado la “intervención ejemplar” del jurado, al que se hicieron más de 100 preguntas, y ha defendido que emitió un veredicto “razonado y fundamentado”. Por su parte, el fallo suscrito por Elena Fernanda Pastor Novo es un “dechado de solidez jurídica”, asegura.
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