Una residencia donde murieron seis ancianos durante la dana asegura que nadie les alertó
El relato del exdirector desmonta la versión del Ejecutivo de Carlos Mazón sobre la atención que recibieron estos centros el 29 de octubre


La actual directora de la residencia Savia de la localidad de Paiporta (Valencia), en la que fallecieron seis ancianos durante la dana del 29 de octubre, ha remitido a la juez de Catarroja Nuria Ruiz Tobarra un informe que elaboró su antecesor en el cargo en diciembre sobre lo ocurrido en el centro en el que se asegura que “ninguna istración o autoridad” les alertó de la riada que terminó provocando una tragedia en sus instalaciones, situadas a dos kilómetros del barranco del Poyo. El documento, al que ha tenido EL PAÍS, desmonta parte de la versión que ofreció el pasado enero en Les Corts la vicepresidenta primera y consejera de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda, Susana Camarero, que aseguró que desde su consejería se envió ese día a las 9.52 horas “un correo electrónico a todas las residencias de mayores con el protocolo de actuación por alerta meteorológica por dana”. El entonces director del centro afirma que ese mensaje nunca llegó a su residencia.
El informe, fechado el 24 de diciembre, fue solicitado entonces por la Fiscalía y ahora, tras solicitar la jueza Ruiz Tobarra datos sobre lo ocurrido en el centro, se ha incorporado a la causa en la que se investigan las posibles responsabilidades penales de la dana. En él, el director en el momento de suceso explica que el día de la dana “transcurrió con normalidad hasta las 19.30 aproximadamente”, ya que aquel día no llovió y se recibieron visitas de familiares “tanto por la mañana como por la tarde [...] sin ninguna incidencia” hasta las siete de la tarde. En ese punto, el documento destaca que “no consta por parte de ninguna istración u autoridad (Policía Local, Guardia Civil, entre otros) durante toda la mañana y las horas previas a la inundación comunicación directa con el centro [...] avisando de ningún riesgo de preemergencia o emergencia”. Tampoco el aviso de primera hora de la mañana que la vicepresidenta valenciana asegura que se envió a todas las residencias.
A partir de las 19.30 los acontecimientos se precipitaron. A esa hora, varias trabajadoras que se dirigían al aparcamiento situado en la parte trasera de la residencia para coger sus automóviles y regresar a sus domicilios vinieron a lo lejos lo que describieron como “un mar en calma” y como esa masa de agua llegaba al centro. El exdirector detalla que estas regresaron inmediatamente al centro y “nada más entrar empiezan a gritar ‘todo el mundo arriba’ y todo el personal se moviliza para subir a las personas usuarias por las escaleras principales”. Instantes después se oyó “un estruendo” causado por los coches que se estampaban arrastrados por el agua contra la puerta del centro cercana a la sala 3, donde en ese momento había 12 ancianos.
“Arranca la puerta y empieza a entrar un ‘tsunami’ de agua. Escasos minutos después el personal del Centro afirma que el agua dentro [...] ya les llegaba por las rodillas”, describe el documento antes de recordar que “la primera comunicación oficial del riesgo de inundación llegó a las 20.11″ a través del mensaje de alerta a los teléfonos móviles enviado por el ejecutivo de Carlos Mazón. En ese momento, recuerda el exdirector de la residencia que “el Centro Savia Paiporta estaba completamente inundado”.
En el momento de la entrada del agua había 91 ancianos en la planta baja de la residencia repartidas en cuatro salas. 45 de ellos estaban cenando. “Los trabajadores se dividieron en función de la sala en la que estaban para empezar a subir a las personas usuarias”, continúa el relato, que explica que “llegaron a hacer una cadena entre ellos para agilizar la subida”. El documento recoge que “la corriente era muy fuerte” por lo que los trabajadores optaron por descolgar una puerta para poder llevar a algunos personas hacia la escalera. “También movieron [ancianos] desde los sillones relax, subieron a personas a mesas, etc porque facilitaba el desplazamiento”. “Las salas 1, 2 y 3 fueron evacuadas por el hall donde está ubicada la escalera principal del centro. La evacuación de la sala 4 se hizo por la puerta próxima a recepción porque la corriente les impedía salir por la puerta principal de la sala”, añade el documento.
El informe del exdirector señala que en un momento dado “la fuerza y el nivel de agua y lodo, así como la corriente existente, impidieron a los profesionales seguir accediendo a la sala 3 para salvar la vida de cuatro personas que quedan en dicha zona” y que los dos fallecidos que estaba en la sala 2 “fueron desplazados en sus sillones por la fuerza de la corriente de agua”. En este punto, recuerda que una de las víctimas “resultó arrastrada fuera de la sala, encontrándose su cuerpo al día siguiente por la Guardia Civil en unos campos alejados del Centro”.
El entonces responsable del centro afirma que “en cuanto el agua invade” la residencia tanto los trabajadores como responsables de la empresa que gestiona esta y otros centros en la comunidad intentaron de modo “continuo” comunicarse sin éxito con bomberos y protección civil para alertar de lo que ocurría. “Daba error la llamada”, añade. También que solicitaron ayuda “a través de os personales, así como a través de las autoridades”. “Consta comunicación telefónica entre Savia y la Dirección General de Infraestructuras Sociosanitarias de la Comunidad Valenciana informando de la situación y solicitando urgentemente ayuda. Dichas autoridades se interesa por la situación y afirman haber trasladado la urgencia a quien corresponde”, señala el informe.
La residencia asegura que la vicepresidenta Susana Camarero ó en esas horas telefónicamente con en la psicóloga del centro ―en su comparecencia de enero en Les Corts, la mano derecha de Mazón aseguró que su departamento hizo “llamadas y mensajes permanentes” a las residencias― y que esta trabajadora le transmitió que “lo que necesitaban era ayuda”. Sin embargo, esta no llegó hasta la una de la madrugada del día siguiente, cuando los empleados de la residencia vieron un camión de bomberos que no llegó a entrar.
Dos horas y media más tarde, tres de la Unidad Militar de Emergencias llegaron caminando al centro “para examinar la situación” y se marcharon. Poco después lo hicieron cuatro integrantes de la misma unidad, que se llevaron a una joven que se había refugiado en el centro. “No se llevan a una persona usuaria que había sufrido esa madrugada una broncorespiración ni a una persona usuaria que había sufrido una caída pues consideraban que el centro lo tenía ‘controlado”. Más tarde apareció un comandante de la Guardia Civil “que permaneció durante un tiempo” prestando “apoyo”.
El informe señala que el 30 de octubre, sobre las tres y media de la tarde, se puso en marcha un plan de evacuación con la ayuda de la UME para trasladar a los 114 ancianos que habían sobrevivido a otras dos residencias de la provincia. El centro consiguió reabrir el 9 de diciembre, poco más de un mes después de que la dana lo destrozada, y los residentes ya han regresado. La Generalitat premió el pasado 7 de marzo a la que era aquel día la psicóloga de esa residencia (hoy es la directora) en sus galardones del día de la Mujer por su labor aquella noche. Ella es la que ha remitido ahora al juzgado el informe elaborado por su predecesor.
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