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“Marcos no va”: centros educativos abiertos pero sin actividad este martes en la Comunidad de Madrid

CC OO critica la “irresponsabilidad” del Gobierno regional que debería haber cerrado los colegios porque “no son parkings de niños”

Entrada al colegio Vázquez de Mella del centro de Madrid, este martes tras el apagón.

―Marcos no irá.

―No van a dar temario, así que nosotros tampoco la llevamos.

―Victoria tampoco irá.

―Paula no va a ir.

―Lucas y Nico tampoco.

―Ni Hugo y Marta.

El goteo de bajas ha sido constante desde primera hora de este martes en el chat de una de las 25 rutas escolares de un colegio de Getafe, en el sur de la Comunidad de Madrid, donde, de 70 niños que van en el mismo autobús, tan solo dos han subido. La razón es que, tras el gran apagón del lunes, todos los centros educativos sostenidos con fondos públicos, 3.533, están abiertos, aunque sin clase.

Sobre las 20.30 del lunes, el Gobierno regional por fin aclaró la duda que angustiaba a los padres: qué iba a pasar el día después. “Debido al apagón y ante la falta de conocimiento sobre cuando se va a recuperar la luz, no habrá actividad lectiva, pero las instalaciones estarán abiertas con el profesorado suficiente para garantizar la atención de los alumnos de las familias que lo necesiten”, indicó la consejería, que aplazó las pruebas de nivel de 4º y 6º de Primaria y 2º y 4º de Secundaria ―se celebrarán los días 12 y 13 de mayo―.

Los padres que se lo pueden permitir gracias al teletrabajo, abuelos o cuidadoras, han optado por dejar a los niños en casa debido a que se mantiene la recomendación de no coger el coche y tras el miedo y la incertidumbre vividos el lunes, sobre todo en el caso de los menores que van en ruta ―el 12% de los centros―, sin poder comunicarse con los equipos directivos y sin saber se habían suspendido las clases.

Otro motivo de peso para no llevarlos es que podría pasar con el servicio de comedor, ya que gran parte de la comida almacenada estaría inutilizable. “Ayer [lunes] pasaron hambre, se racionalizó la comida y solo les dieron de segundo dos empanadillas, cuando lo normal cuando toca puntualmente fritos son croquetas, empanadillas y nuggets. Además, no había agua ni en los baños ni en las fuentes”, cuenta una madre del mismo chat.

Apertura con “normalidad”

“Los centros han abierto con normalidad para atender a los alumnos en esta jornada no lectiva, en la que se está registrando una menor afluencia en los institutos que en los colegios”, hace balance el Gobierno regional a media mañana. “Únicamente se han reportado incidencias relacionadas con falta de luz en un instituto público de Mejorada del Campo o problemas puntuales con la conexión a internet en algunos centros de distintas zonas, que ya están en vías de solución”, añade.

“Somos un Gobierno que creemos en la libertad por encima de todo y hemos articulado hoy una vuelta al día a día que permite que cada uno articule su vida a su manera, es decir, que si los padres tienen que a ir a trabajar, que puedan, que el que decide que su hijo no vaya a clase, no”, justifica la medida la presidenta, Isabel Díaz Ayuso. El miércoles habrá ya clase.

Aunque se había informado de que dos centros iban a servir de dormitorio improvisado, no ha sido así. Uno es el instituto de Isabel la Católica, en Retiro, donde unos niños no podían regresar a sus casas. “Los 17 alumnos pudieron finalmente dormir en sus casas. Tras cenar en el centro, sus familiares fueron pasando a recogerlos y todos abandonaron las instalaciones antes de las doce de la noche”, aclara el Ejecutivo.

“Han venido muchos periodistas por lo mismo, algunos adolescentes se quedaron hasta tarde, pero ninguno durmió aquí”, corrobora un portero del Isabel la Católica, que no quiere identificarse porque no les permiten hablar. “Hoy estamos abiertos como todas las escuelas, con el horario normal y sin clases”, añade. El instituto está más tranquilo que un cementerio, sin movimiento ni de profesores ni de estudiantes.

El otro era el centro rural agrupado de Santa María de la Alameda, donde iban a pernoctar 50 personas de un tren de Valladolid que se había quedado parado. “El centro estaba preparado, pero al final los recogieron en autobús, así que no fue necesario”, aclara un portavoz de Educación. Donde sí han dormido 52 adolescentes ha sido en el colegio público Nuestra Señora de la Paloma de La Latina, que estaban de excusión en la capital y no pudieron regresar a Zaragoza. A La Paloma, de 430 niños de Infantil a Primaria, ha ido “el 30% del alumnado y 27 de los 30 profesores a primera hora y, los otros tres, cuando han abierto el metro”, cuenta su directora, Sandra Valiente, que ha podido dar el servicio de comedor, aunque sin pan. Al no haber clase, la jornada la han pasado “en el patio y con juegos de mesa”.

En muchos centros, como en el José Calvo Sotelo del distrito Retiro, es muy patente la falta de alumnos. De ser un día normal, a las 9.00, habría una gran concentración de padres, pero la asistencia se produce a cuenta gotas. Desde la esquina, Luis, de seis años, llega correteando. Su madre, Elizabeth, toca el timbre y, al abrirse las puertas, el pequeño entra corriendo a la explanada, donde ya hay otros compañeros jugando.

“¡Luiiiiissss, la mochilaaaa!”, grita la madre. “Es mejor que esté aquí que en casa viendo tele”, opina Elizabeth que, como no trabaja, hubiera podido quedarse con él. “Lo he traído porque me lo ha pedido”, aclara. Un trabajador del centro, que ha preferido no dar su nombre, informa de que todo transcurre “con normalidad”. La comida está garantizada. “Les daremos como cualquier otro día”, dice una trabajadora de este servicio.

Preso, una madre de Infantil, acude minutos después. Ha traído a su hija porque ella, que trabaja en una escuela de adultos, tiene que ir. “Es una forma de ayudar a los que trabajamos”, comenta. María, madre de otra niña de cinco años, dice que el colegio ha asegurado a las familias que hasta las 16.00 sus hijos podrían estar allí. Como viven a pocos minutos andando han llegado sin mayores dificultades.

“Es una irresponsabilidad que deja a los profesores en una inseguridad jurídica absoluta, porque no hay actividad docente pero sí apertura”, opina Isabel Galvín, responsable de educación de CC OO Madrid, sobre este “mal uso de los colegios” a modo de guarderías. “Muchos centros estuvieron abiertos el lunes hasta que llegó la última familia, más allá de las 20.00 y de las 21.00. Deberían haber suspendido clases, como en otras comunidades. No hay garantía de poder llegar y abrir los centros, a los que se somete a una presión y a una responsabilidad que no se justifica”, lamenta, a lo que añade: “Nos están llegando mensajes de profesores y profesoras que defienden que los colegios no son párquings de niños, hay mucho malestar porque educar no es cuidar”.

En una primera valoración, CC OO apunta a que ha acudido “la mitad del alumnado en Infantil y Primaria y, en Secundaria, entre el 5 y el 10%”. Por su parte, Teresa Jusdado, de UGT Madrid, señala que las noticias que les llegan de los centros apuntan a que “la apertura se ha producido con normalidad y el alumnado va llegando en su mayoría”. Este sindicato considera “una medida razonable” abrir sin clases y solo con los equipos directivos “porque así se evitan desplazamientos forzosos” de alumnos y profesores.

Menos Lectivas informa de que el segundo día de huelga de todos los niveles educativos este martes “se mantiene, así como las acciones en varios puntos de la región y la concentración de las 18.00 frente a la consejería”. Queda pendiente acordar la fecha de una nueva manifestación tras cancelarse la del lunes, informa Natalia Jiménez.

Robo en un colegio de Villaverde Alto

Arantxa Sánchez-Puga, directora del colegio concertado Addis de Villaverde Alto, lleva todo el día indignadísima y barruntando sospechas. “A perro flaco, todo son pulgas”, subraya cuando cuenta que son un centro “muy humilde” y con mucha población inmigrante en una de las zonas más humildes de la ciudad. Anoche, “entraron a robar al que no tiene”. 

A las 20.30, cuando recogieron al último niño, las trabajadoras de la limpieza no pudieron bajar del todo el cierre del edificio de Primaria, así que dejaron una ranura y la alarma puesta. A las 23.55, la central alertó a uno de los conserjes que, a pesar de estar de baja, se acercó al colegio. “Habían subido el cierre, abrieron la puerta de cristal y fueron directos al único despacho en el que alguna vez hay algo de suelto”, explica Sánchez-Puga. No entraron en ningún sitio más, ni tocaron las tablets, ni el ordenador de secretaría, ni los portátiles de las aulas. “Solo se llevaron casi 500 euros en un bolsito”, calcula la directora, que no lamenta el robo en sí, sino el destrozo. “Rompieron la zamba de la puerta y forzaron todos los armarios”. Ahora, temen que haya sido alguien cercano al colegio que supiera que allí podía haber algo. El miércoles irá a comisaría, porque en la policía les dijeron que iría la científica y que ya después pusieran la denuncia. Llevan todo el día esperando a los agentes.

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