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Ayo Edebiri: “He pedido a mis padres, inmigrantes, que tengan copias de sus documentos por si acaso. Es algo que odio”

Ácida, divertida y comprometida, la actriz Ayo Edebiri ha conseguido conquistar a la crítica y al público con su papel de chef en la premiada serie ‘The Bear’. Su paso de la comedia al drama no ha hecho que pierda ni un ápice de su frescura natural

Ayo Edebiri
Beatriz García

Cuando Ayo Edebiri (Boston, 29 años) se convirtió en una gran estrella internacional ya conocía perfectamente los entresijos de la industria audiovisual. No había llegado a la treintena, pero ya tenía experiencia en casi todo: había empezado como becaria en un departamento de producción, había conseguido destacar como guionista en el canal Comedy Central y contaba con el respeto de los mayores referentes de la comedia stand up estadounidense. Para su sorpresa, lo que daría un vuelco extraordinario a su ya prometedora carrera no sería la acidez de sus chistes feministas y antirracistas, sino el drama de dos cocineros vocacionales obsesionados con llegar a la excelencia. Con ese papel en The Bear (Disney +), en el que, junto a su compañero de reparto, Jeremy Allen White, nos traslada la angustia laboral y vital que se vive en la cocina de un pequeño restaurante de Chicago, consiguió casi todos los reconocimientos posibles a los que puede aspirar una actriz: el Emmy, el Globo de Oro, el Critics’ Choice y el SAG. La iración unánime a su trabajo la colocó dentro de ese pequeñísimo grupo de personas que llegan a lo más alto en Hollywood. Desde entonces, el teléfono no ha dejado de sonar. After the Hunt, de Luca Guadagnino, es uno de sus últimos proyectos pendientes de estrenar. “Además, acabo de terminar de rodar la cuarta temporada de The Bear [que llegará a España con Disney+ el 26 de junio] y estoy preparando la promoción de la serie. También estoy escribiendo y trabajando en la gala MET [a la vuelta de la esquina en el momento de la entrevista]. Eso me ha ocupado mucho tiempo“, explica para excusarse por haber movido la fecha de esta videollamada varias veces.

Ayo Edebiri lleva camisa y ‘trench’ corto negro en napa, ambos de LOEWE.

¿Alguna vez imaginó que ser una estrella sería tan agotador?

No mucho, porque, ciertamente, nunca me imaginé haciendo esto. Pensé que iba a ser escritora y guionista. Aunque he actuado desde muy pequeña y he hecho improvisación de teatro en el colegio e instituto, nunca anticipé que mi lado interpretativo llegaría a un grado tan alto. Nunca pensé que podría hacer un trabajo tan diverso como el que he hecho. Creía que trabajaría únicamente en comedia y, sin embargo, en los últimos años, he trabajado en proyectos muy diferentes, como After the Hunt, de Luca Guadagnino, que está a punto de salir.

¿Cómo fue trabajar con Luca Guadagnino?

Fue increíble. Fue una experiencia muy hermosa y liberadora en la que sentí que aprendía algo nuevo cada día. Permitió que todas nuestras interpretaciones crecieran gracias a la belleza del decorado y a la increíble colaboración de todos los departamentos: peluquería, maquillaje, vestuario y fotografía. Se creó un entorno en el que pudimos ir juntos a lugares realmente emocionantes y complicados.

Este director ha dicho de usted que es “divertida y muy guapa, una combinación muy poco frecuente”. ¿Cree que esta puede ser la clave de su éxito?

Bueno, en primer lugar, le he pagado para que dijera eso sobre mí [risas]. No lo sé. Pienso que soy una persona muy afortunada y no tengo ni idea de cuál es la clave. Quizá tenga que ver con las personas con las que tengo la suerte de trabajar. Si hay alguna clave, es la gente que está a mi alrededor y que es generosa con su tiempo, con su energía, con sus conocimientos. Me enseñan muchas cosas y eso me da nuevos objetivos en los que fijarme, lugares en los que quiero crecer.

Ayo Edebiri luce top drapeado multicolor, pantalón negro de algodón y cachemir, y zapato con cordones, todo de LOEWE.

Usted ha presumido mucho de ser un producto de la escuela pública de Boston.

Crecí yendo a un colegio público. Nuestro país vive un momento muy complicado en cuanto a los servicios públicos. Yo soy hija de dos inmigrantes y si no hubiera ido a un colegio público como el mío —bien financiado, diverso y al que asistía gente de diferentes orígenes étnicos, religiosos y políticos— no sería quien soy hoy. Si no me hubiera educado en una escuela pública, que se preocupaba tanto de las artes y las humanidades como de las matemáticas y las ciencias, no sería quien soy hoy. No sería tan abierta. El mundo se convierte en un lugar más compasivo cuando se financia la educación pública.

Ya en la universidad le tocó trabajar al mismo tiempo que estudiaba.

Claro, porque además tenía que pagarme el alquiler. Estudié en New York University y pronto me di cuenta de que lo interesante sucedía fuera del campus. En esos trabajos conocí gente que había hecho teatro, gente que intentaba trabajar en la televisión, en la música... Con ellos aprendí cómo podía conseguir unas prácticas en producción y de ahí pasar a ser asistente de guionista.

Si tuviera una varita mágica para cambiar algo en Hollywood, ¿qué cambiaría?

Haría que las películas estuvieran más tiempo en los cines y que los jefes de los estudios le dieran prioridad a este asunto y se preocuparan por ello. Algunas de las experiencias más formativas de mi vida han sido en espacios comunes, y hay una magia que se produce cuando ves las películas como se supone que deben verse: con más gente en una sala de cine. Es realmente desgarrador cuando una película está en el cine solo una semana. Convivimos cada día luchando por los lapsos de atención, pero tenemos el cine, que es un espacio realmente sagrado donde se llega a estar fuera del teléfono, se llega a estar lejos de todas las distracciones.

Ayo Edebiri con vestido drapeado blanco y negro y sandalias, todo de LOEWE.

Después de su papel en la película Bottoms se convirtió en un icono queer, ¿le gusta ser una referencia para la comunidad LGTBIQ+?

Eso lo sentí como una bendición. Es uno de los mayores elogios que he recibido. Esa era nuestra intención al hacer la película, que fuese algo que la gente desease haber visto cuando era más joven. Creo que cualquier proyecto en el que se pueda sentir que es un lugar de expresión y libertad es un acierto. Fue una película en la dijimos todas las cosas que queríamos decir y fuimos tan lejos como quisimos. Fue muy especial.

La serie The Bear la ha convertido en una estrella internacional. ¿La gente por la calle le sigue diciendo “Sí, chef”?

A veces, sí [risas]. La mayoría de las veces ocurre en un restaurante. Alguien pasa y me lo dice. Es lindo. El año pasado fui a la boda de una amiga en Cuidad de México y me sorprendió mucho que me pasara allí. Fue cuando realmente me di cuenta de que la serie era un éxito internacional.

Abrigo negro de lana y seda de LOEWE.

En The Bear la hemos visto cocinar mucho. ¿Es cocinillas?

Sí, me encanta cocinar. Soy de una familia muy grande en la que nos comunicamos y nos conectamos a través de grandes reuniones y mucha comida. La serie ha aumentado mi interés por la comida y mis conocimientos sobre ella. También me ha hecho más atrevida cuando cocino en casa, lo que ha sido muy divertido.

¿Qué podemos esperar de la nueva temporada?

Nunca se me permite decir nada, pero estoy muy emocionada por el viaje de Sydney, mi personaje. Creo que hay un montón de dimensiones y un gran cambio en ella. En la tercera temporada dirigí un episodio, y en la cuarta, lo escribo. Pensando en que la gente lo vea, como con la mayoría de los retos, me siento igualmente aterrorizada y emocionada.

Cuando ganó el Globo de Oro por su papel en la serie quiso dar las gracias a todo su equipo: a su asistente, a su mánager, a “las personas que contestan sus mails”...

Quise poner en valor esas tareas. Definitivamente, es un trabajo muy duro. Lo sé porque lo he hecho. Es un trabajo muy ingrato y en ese momento sentí que tenía que agradecerlo de verdad.

Vestido de flores de LOEWE.

¿Cómo se prepara una actriz para hacer algo tan grande como presentar el programa Saturday Night Live?

Me preparé preguntando a muchas personas que habían presentado el programa sobre sus experiencias y si había algo que desearan haber hecho o que desearan haber sabido antes de hacerlo. Por mi experiencia en el mundo del stand up y la comedia, tengo también amigos que trabajan en el programa o han trabajado en él y pude resolver dudas. Luego hice lo mejor que pude para escucharlo todo, pero también olvidarlo para estar abierta a mi propia experiencia y divertirme.

Desprende mucha confianza en sí misma. ¿Ha tenido que trabajarlo mucho o es algo natural?

Es una de esas cosas difíciles de responder porque a veces tienes un recuerdo de ti misma diferente al que tienen los demás. Yo me recuerdo como muy joven, tímida y nerviosa, pero luego oigo de otras personas que siempre he sido divertida, lo que para mí es un poco loco... Hace poco fui a mi antiguo instituto y uno de mis profesores me dijo que siempre fui una niña muy curiosa. Ese rasgo ha sido siempre una parte de mí, Esta industria puede ser tan volátil que siempre es necesario trabajar la confianza. Cuando la gente responde positivamente a tu arte, que es una cosa tan personal, te sientes muy bien porque es un reflejo de ti o a las decisiones que has tomado. Pero cuando responden negativamente se siente doblemente duro y tienes que tener mucha ilusión para seguir adelante. Para mí es importante escuchar la voz en mi cabeza que a veces duda. Escucharla sí, pero no revolcarme en ella ni dejar que me domine.

Esa confianza se refleja en la alfombra roja, ¿cómo ha construido un estilo tan personal?

Tengo que decir que es gracias a mis increíbles colaboradores: mi estilista Danielle Goldberg y todos los que hacen el pelo, maquillaje, uñas... Solo sé que me encanta la ropa y que el estilo de mi madre ha sido una inspiración. Crecí yendo a la iglesia pentecostal, donde todo el mundo se pone su mejor ropa el domingo. De pequeña fantaseaba mucho con la ropa y ahora estoy en este lugar y lo aprovecho para divertirme.

¿Le gusta trabajar con marcas como Loewe?

Me ha encantado porque Jonathan [JW Anderson] es un visionario. Trabajar con él y con su equipo y presenciar su forma de pensar en otra dimensión, en 4D, es como una explosión.

Camisa multicolor, pantalón verde caqui y chaqueta de napa de cordero, todo de LOEWE.

Cambiando radicalmente de tema. El mundo está perplejo con la forma de hacer política de Donald Trump. Debe ser duro escuchar su retórica racista y xenófoba.

Es un fastidio ver cómo hemos sido aliados históricamente de tantos lugares y observar que ahora eso ha cambiado. Mi esperanza, quizá sea una ingenua, es que la gente despierte y que no nos volvamos complacientes. Hay amenazas reales sobre nuestra industria, como China planteándose no importar nuestras películas, cuando suponen una gran fracción del dinero que hacemos con ellas. Espero que la gente piense en los intereses de todos y no solo publiquen cosas, sino que hagan algo por el cambio. Es un momento extraño y preocupante en el que pienso que soy solo una actriz, soy una persona, ¿qué puedo hacer? Tengo claro que no podemos detenernos. También estoy viendo cosas muy hermosas, la gente se está reuniendo. No es la típica cosa que ves en las redes o en las noticias, pero están conectando, están buscando el cambio y trabajando para lograrlo.

Es hija de inmigrantes y Trump está siendo muy duro con ellos.

Les he dicho a mis padres que consigan copias de todos sus documentos por si acaso. Eso es algo que hubiera deseado no tener que hacer nunca. Honestamente, es algo que odio. A veces tengo cuidado con lo que digo porque me da miedo pensar en represalias de cualquier tipo. Creo que todo el mundo se siente así. Soy una persona cuyos padres no nacieron aquí y vinieron legalmente e hicieron todo el trabajo. Puedes ver en las noticias que hay gente que ha hecho eso y no la dejan volver a nuestro país. Pienso mucho en el mundo en el que crecí, en el colegio público en el que tenía amigos con padres republicanos. Teníamos diferentes creencias, pero parecía que había una verdad universal que todos compartíamos de que este mundo y este planeta fueran un lugar mejor en el que todos pudiéramos vivir en igualdad de condiciones.

Incluso con todo lo malo que está pasando, ¿es optimista?

Tengo que serlo hasta cierto punto, porque si no lo soy no puedo imaginar el futuro en el que quiero vivir. Debo tener esperanza y también continuar creando mi propio trabajo y produciendo, porque eso es como hablar del futuro que quiero ver.

Equipo

Estilismo Fabio Immediato 
Maquillaje Dee Carrion (Paradis NYC)
Peluquería  Jacob Aaron Dillon  (Opus Beauty)
Manicura Naoko Saita
Diseño de set Maxim Jezek (WSM)
Producción Cristina Serrano
Producción local Cynthia Hadden  (Lyric Productions)
Producción en set Daniel Scott
Asistente de estilismo Catalina Cooper

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Sobre la firma

Beatriz García
Redactora jefe web de S Moda. Inició su carrera en Soitu.es y más tarde trabajó desde Estados Unidos en El Mundo (edición América) en Los Ángeles y Miami. Es licenciada en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y graduada en periodismo de moda por Central Saint Martins College of Arts and Design de Londres.
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