Shai Gilgeous-Alexander contra Tyrese Haliburton: guerra de bases en la final de la NBA

Cuando la pelota se ponga en movimiento este jueves en la final de la NBA (madrugada del jueves al viernes en España, a las 2.30, Movistar), los ojos de los aficionados se centrarán en los bases sobre la cancha: Shai Gilgeous-Alexander, de Oklahoma City Thunder, y Tyrese Haliburton, de los Indiana Pacers. Uno es un jugador nacido en Canadá de estilo elegante. El otro, originario de Wisconsin, tiene sangre fría para decidir los partidos al sonido de la bocina. SGA es el MVP de la liga, mientras que Haliburton tiene el desparpajo y ambición de una estrella en ascenso. Son dos talentos que representan el futuro de la NBA. Al menos los próximos días comparten el mismo objetivo: levantar por primera vez un trofeo de campeonato.

La última vez que Oklahoma City Thunder e Indiana Pacers se vieron las caras fue en marzo. OKC se llevó entonces la victoria número 62 de la temporada, con una diferencia de 21 puntos. Los equipos se reencuentran este jueves en condiciones muy diferentes. Los Pacers, los cuartos en la conferencia Este, eliminaron en los playoffs a tres rivales, dos por encima de ellos en la clasificación. Indiana se ha convertido desde entonces en una incógnita y representa la última amenaza que separa del título a los Thunder, un equipo que solo ha conocido la derrota en 18 ocasiones desde que comenzó la temporada (incluidos los playoffs).

La prensa le preguntó a Gilgeous-Alexander, conocido como SGA, cómo pensaba Oklahoma frenar a Haliburton, un jugador que tiene entre los aficionados la fama de sobrevalorado. Esto a pesar de que su oponente, de 25 años, fue el verdugo de los Cleveland Cavaliers, los números uno en el Este, y de los Knicks, quienes lucharon hasta el final. SGA evitó nombrar en su respuesta a su rival. “Todos los equipos tienen un motor principal por donde pasa la pelota. Tiene su fortaleza, pero también hay cosas en las que se siente menos cómodo. Se trata de hacerlo jugar ahí, donde más incómodo se siente”, señaló el canadiense.

En esa respuesta se encuentra la filosofía de la estrella de los Thunder, quien lleva desde los 13 años trabajando en su fondo físico. SGA es hijo de una corredora de fondo que compitió para Antigua y Barbuda en los 400 metros lisos en Barcelona 92 y de un exjugador de baloncesto de Toronto. El deporte corría por sus venas, pero el joven no se desarrollaba al ritmo que quería. Era un adolescente de 1,70m, muy alto para su edad, pero no lo suficiente para dominar. Así que se enfocó en lo que la vieja guardia llama “los fundamentos”, los movimientos tradicionales del baloncesto vitales para moverse por la cancha.

Gilgeous-Alexander nunca dejó de trabajar en ellos. Un perfil de The Athletic de hace unos meses afirma que hasta el día de hoy mantiene la tradición de su adolescencia de levantarse al alba y trabajar junto a un equipo de entrenadores y amigos en las áreas en las que se siente débil. Uno de sus ejercicios más repetidos es penetrar en coberturas de rivales mucho más altos que él (mide 1,98m, ligeramente por debajo del promedio de la liga).

“Ha sido una montaña rusa”, ha dicho Gilgeous-Alexander esta semana. “Tuve noches en las que pensé que no era bueno en el baloncesto y otras en las que me sentía el mejor del mundo. Ha habido altibajos. Mi mentalidad de mantenerme equilibrado a través de todo realmente me ayudó. Cuando entendí eso, mi juego dio un salto enorme”, añadió. SGA tuvo una media de 32,7 puntos por partido en temporada regular, el mejor promedio de la liga.

Tampoco fue fácil que los focos se detuvieran en Haliburton, el hijo de un antiguo entrenador de baloncesto femenino y actual árbitro que lo educó en la veneración de Earvin Magic Johnson, el legendario base de los Lakers.

Su estilo de juego pasó desapercibido para todo un sistema que detecta pronto a los jugadores que tienen madera para ser profesionales. Haliburton cursaba su último año en la secundaria en Oshkosh (Wisconsin) cuando recibió una beca de Iowa State. Se presentó al draft de 2020 a pesar de tener fracturada la muñeca izquierda. Fue la decimosegunda elección, por detrás de Anthony Edwards y LaMelo Ball, y fue a dar a los Sacramento Kings. En el invierno de 2022 llegó a Indiana en una operación que envió a Domantas Sabonis al Oeste.

“Esta es una franquicia que apostó por mí, que vio algo que otros no vieron”, ha dicho Haliburton sobre los Pacers. “A veces creo que vieron más en mí de lo que yo mismo veía”, ha itido el base. Tomó tiempo, pues Indiana quedó fuera de los playoffs en 2022 y 2023, pero la franquicia finalmente obtuvo el retorno de inversión que buscaba. En 2023, Haliburton fue por primera vez al All Star y condujo al equipo a la primera final de la Copa NBA, en la que cayeron frente a los Lakers de LeBron. El gran despegue fue en 2024, cuando los Pacers escalaron hasta la sexta posición del Este y después fueron barridos en los playoffs por los Celtics, que quedaron campeones. Haliburton, quien se llevó el oro olímpico en París 2024, promedió 18,5 puntos, 8,9 asistencias (4º en la NBA) y 3,5 rebotes por partido en la presente temporada. Con estas cifras condujo a su equipo a su primera final en 25 años.